Aquel dia revisando los scrolls, se habia dado de un detalle poco grato. Y pronto habia informado a cuanto lobo tuvo enfrente.
-"Nani?"- pregunto Ikaru que junto con Ayami y Mayia habian estado comiendo en la sala de té.
-"Es que estamos en banca rota"- explico el menor de cabello azul.
Ikaru observo Ayami, y esta le resto importancia siguio comiendo sus dangos con la mirada lejana. Mientras que Mayia le acariciaba el rostro al administrador.
-"Te verias bastante lindo con una yukata, no con esas absurdas ropas occidentales"- decia el afeminado samurai.
-"!No tonteen!"- señalo Yoshitori. Los dos hombres que comian comenzaron a reir.-"Es que si no hay dinero, como vamos a sobrevivir?"- rugio el menor. los hombres seguian riendo.
Ayami se puso de pie bastante seria, aun las heridas de la pelea cn el mercenario en Fukouka no le sanaban del todo, aun la muerte de Aiizu le causaba una terrible pena, tanto que se habia negado a volver a Kyoto como habia prometido. Pero... el deber era el deber. Le toco la cabeza a Yoshitori y dibujo una media sonrisa.
-"Creo que pronto eso cambiara..."- se dirigio a su habitacion, donde saco una carta que le habia llegado hacia un par de dias, suspiro y se dedico a escribir un scroll, el cual mando con uno de los mas jovenes para ser entregados en Kyoto, el resto del dia se la paso ahi, encerrada. Hasta al amanecer que el joven mensajero volvio con otra carta.
-"Aqui tiene, la mujer que me atendio era muy hermosa..."- dijoe xtasiado el menor. Ayami solo sonrio con debilidad. Cerro nuevamente su puerta y se puso a leer la contestacion. La cual no le parecio para nada extraña, arrugo mas la boca y fruncio el ceño.
Suspiro y se puso de pie, se puso la hakama, y metio sus katanas a su cintura.
Salio de la habitacion y se encontro cpn Ikaru. Al cual detuvo del brazo.
-"Llama a estas personas, diles por favor que los espero en el dojo..."- Ikaru miro extrañado a Ayami, pero aun asi asintio. Observo el pqeuño pedacito de Scroll que le habia dado, y se sorprendio un poco en leer los nombres.
Mientras Ikaru corria en busca de la spersonas solicitadas por su joven compañera. La albina camino hasta el dojo, donde se dejo caer recargada contra una de las paredes. Cerro los ojos con delicadeza.
-"Por lo menos para comida decente si nos alcanzara..."- rio para si misma y espero al resto de sus compañeros.