Un rezo por esos ojos...

Estaba por amanecer cuando llegamos a Kyoto pese a la hora ya había mucha gente fuera paseandose de una lado a otro con pequeños bultos y otros con trajineras para llevar mercancia en venta, frutas de todos colores así como verduras que cualquier tipo, había flores por todos lados grandes, chicas, olorosas y espinosas también, mirando siempre de un lado a otro señalaba lo que deseaba para llevar al Clan había puesto en la carreta varias tantas de frutas de todo un poco pues los gemelos tendían a pedir de las mas coloridas, Jamal por su parte preferia las que se cultivaban en casa aun así nunca se nego a probar nada que le llevara, es decir si le decía que lo había llevado para él lo devoraba aunque no tuviera deseos, al pasar por ahí ya sin caballo pues de un momento a otro fue imposible por la cantidad de gente además de que los comerciantes ya habían sacado practicamente todo para vender, me detuve con un hombre que tenía telas de todos tipos y colores, al acercarme me di cuenta de que poseia cierto olor a licor que me era conocido al verlo mas de cerca note que era uno de los hombres de Jamal puestos ahí para espiar el territorio enemigo, le di la mano y este a su vez dejo caer discretamente algunas monedas de oro junto con un papel, sin darle mucha importancia lo metí al bolsillo de mi pantalon le di otro estiron para acercarlo de modo que quien nos viera pensara que lo estaba abrazando en tono fraternal "gracias Lider aprecia su lealtad " le había dicho eso al oído y el hombre sonrió ampliamente, todo mundo en nuestro Clan sabía el efecto de esas palabras. Sus hijos así como su esposa podrían ir ala base por educación y protección, el hombre ya había hecho su parte.

Poco tiempo después perdi interes en el comercio en general, había comprado para todos en casa alguna ropa que me hizo propio de ellos, a Kamil llevaba un juego de decorados para su cabello, su hermoso cabello negro luciría precioso con tanto artilugio, para Hayato llevaba un nuevo violín, para Jamal un juego de pinceles y un nuevo pigmento que parecía estar muy de moda, algo raro según me invento el vendedor, para el chico serpiente también lleve un regalo un nuevo juego de yukata y algunas ropas de entrenamiento, un par mas de aspecto occidental después de todo no sabía cuando tiempo se quedaría en casa sería bueno proveerlo de algo más que comida. Pase de largo todo el gentío junto con mis guardias personales Ren y Yukari quienes llevaban en sus manos algunos dulces que pensaban enviar al Clan nada mas diera la orden de que todas las cosas compradas partieran, no es que no tuviera medios de comprarlos mas cerca de casa pero me gustaba darme algunas vueltas para tentar a los lobos, para ver si seguian activos, algunos eran buenos amigos de Jamal y otros, bueno a esos otros era a los que estaba tendando, pues ellos sabían aspectos de Madre que Jamal se negaba a decirme.

Al dar algunas vueltas por ahí decidi sentarme para leer el pequeño recado del informante, como sospechaba el hombre había logrado ver a los lobos quienes parecían reproducirse, había notado que hubo algún cambio en particular no hacía mucho vio un pequeño movimiento cerca lo que indicaba que se estaban agrupando, así como pudo notar que un día un hombre de cabello largo marchaba con una mujer con un bebe, si la descripción coincidia esa mujer decía ser la hermana de JAmal, la que supuestamente estaba muerta, con el tiempo había aprendido que Lider no sabía diferenciar de la realidad a la ficción ya que a veces estaba aquí y otras en la luna, el hombre también me había dado una lista de los comerciantes que se habían negado a pagar su cuota ( si los yakusa cobran cuotas a los mercaderes para poder traer a vender sus cosas de no hacerlo se les quitan, recibian protección para cruzar por todo Edo, sin que los ladrones los molestaran así como protección de cualquier tipo estando en esa zona o cualquiera que manearan los yakusa) apesar de ser territorio de Ookamis, los yakusa ya nos habíamos apropiado de algunas pequeñas zonas.

Después me dirigi al templo esperaba poder encontrar ahí alguien que me diera algún indicio de Yura Ayami, mejor dicho que me dijera quien había sido, tal vez solo me atormentaba que nos había abandonado, o que había dejado enloquecer a padre o que dejara a su bastardo conosotros desaba decirle que regresara para que lo matara, sin embargo no había nada de eso, mientras subia las escaleras pude darme cuenta del peso que caía con mi ignorancia, había tantas cosas que no sabía de ella, quien había sido, por que nos abandono, porque mato a mi hermana, porque no me llevo con ella, por que se tuvo que ir? demasiadas preguntas y ninguna respuesta, escaleras arriba cruze la entrada me acerque para dar mi rezo junto con Ren y Yukari quienes me siguieron después de despachar las cosas que serían regalos para el Clan, agitar la campana y dos palmadas.

-Eh Vito-kun lo haces mal, primero debes depositar un yen, agitas la campana y luego las palmadas.

Habia dicho Ren quien era el "más" japones de nosotros tres, tanto Yukari y yo nos quedamos viendo para luego dirigirle una mirada agria a Ren quien parecía querer seguir al pie de la letra el protocolo budista, o sintionista o lo que fuera.

-Eh vale, vale, ami no me interesa mucho simplemente quería ver que tanto escandalo con esto, solo quería agitar la campanita YA?

Mi voz salio demasiado fuerte para cuando me di cuenta había llamado la atención de algun monje y otro par de personas que estaban por ahí.

-Vamonos.

susurre al verme descubierto, de todas maneras para encontrar un Ookami sería mas facil traer al viejo o gritar el nombre de Yura Ayami por todo el lugar, tal vez así aparecerían.

Era una mañana calurosa como pocas en Kyoto. Arick y Tsubaru salieron de la residencia Kurokami para reabastecerse, habían llegado nuevos discípulos y al casa necesitaba nuevas reparaciones. Caminaron entre el mercado y calles como una típica pareja japonesa. Arick llevaba un kimono azul muy fresco haciendo resaltar sus ojos grises, llevaba el cabello recogido en una pequeña peineta dejando al descubierto su largo cuello y se abanicaba con un abanico mientras que en la mano izquierda sujetaba la bolsa que lleva a espaldas donde también se encontraba su katana. Tsubaru vestía un kimono café sosteniendo una sombrilla sombre ambas cabezas y con la otra mano los víveres.  

-nuestra gente ha estado viendo entrada y salida de varios Yakuza - susurró discretamente Tsubame mientars señalaba un puesto disimulando su plática - algunos han aceptado la protección de los Escorpiones -

Arick estaba conciente de que  las pocas apariciones de su clan habían hecho especular a la gente sin embargo su plan era ese. No quería regalarle a los otros clanes que la reconstrucción del Clan Ookami estaba cobrando cada vez más fuerza. Tal ve ahora sabían del reclutamiento pero no a qué magnitud.

-Son listos.  Que sigan guardando el secreto. Como vamos con la zona de los puertos? - preguntó  tapándose un poco con el abanico  - ha sido difícil pero ya están adentro. Cualquier cosa  referente a Alice será notificada de inmediato -

La gente se estaba preparando para el próximo festival por lo tanto había mucha mercancía y gente comrpando lo necesario, otros tanto  visitando el templo de la colina. El calor se sentía conforme se adentraban entre la gente. Optaron por entrar a los jardines del templo buscando un poco más de sombra. La gente entraba y salía  del umbral haciendo sonar la campana del templo. Arick admiraba con sus ojos grises el escenario, la gente viviendo su día a día sin alteraciones, se respiraba paz, era un lástima que esa aparente paz no fuera verdadera. Alzó su vista hacia las campanas del templo y le pareció ver a alguien que le recordaba mucho a Jamal, ese hombre despreciable. Cuantas ganas tenía la pelilila de matar al hombre, había hecho tanto daño. Pero aquel que miraba en el templo parecía distinto y peligrosamente familiar. Aquello le quitó el buen humor así que  apartó su mirada para aterrisarla en algo más agradable. Debían preparar su regreso a la casa Kuorkami y ella su regreso al cuartel de los Lobos.

Fue Yukari quien al dar una vuelta por la plaza central para salir del templo noto a una joven de aspecto hermoso, se acerco para intentar conquistarla con todas esas dotes de caballero andante que solia fanfarronear nos acercamos para ver como era seguramente rechazado magnanimamente.

-Buen día mi joven señorita, vienes a pedir un amuleto del amor ?

Yukari se acerco a ella para sentarse a su lado y poder hacer una platica mas amena, Ren y yo nos acercamos divertidos mi guardespaldas aun comia de sus dulces animadamente mientras que yo estaba con los brazos cruzados esperando que lo recharazan para poder marcharnos, honestamente si no aparecía un maldito Ookami pronto me hiba aponer a pegar de golpes a diestra y siniestra. me encontraba frente ala joven mujer que mi guardia inteto consquistar y tras darle una rapida valoración me di cuenta del poque había llamado tanto la inospita hablidad de él para iniciar una platica con una joven tan hermosa.

Veran, la chica en cuestión no solo era bella tenía una mirada que podría matarte unos ojos almendrados grandes y demasiado explesivos, lo singular de la joven no era su piel extremadamente lechosa y tersa si no el color de su cabello era de un tono lila bastante bonito, me había pasado todo el tiempo observandola que no me di cuenta cuando mis guardias me hablaban.

-Eh Vito-kun vamonos- Dijo entre dientes Ren mientras me movia del hombro.

No pasó mucho antes de que sintiera que alguien se aproximaba. Tanto Tsubaru como Arick voltearon a ver al hombre en cuestión.

-Buen día mi joven señorita, vienes a pedir un amuleto del amor ?

Era un hombre, con una mirada que había visto en otros. No deseaba ser abordada.

- No gracias, todo el amor que necesito está aquí a mi lado - dijo sonriendo mientras se abanicaba y se recargaba en el hombro del castaño que la acompañaba. Luego giró su cabeza para posar su mirada en Tsubaru pero sus ojos nunca llegaron a él, se cruzaron con otros ojos que tenía de frente, unos ojos marrones, casi llegando a carmesí. Era el mismo hombre que había confundido con Jamal, y ahora que lo veía de frente y más de cerca podía ver las semejanzas ...y diferencias.

- nos vamos?-  interrumpió su pequeño trance la voz de Tsubaru, regalándole una ligera inclinación al hombre "encantador". Arick asintió  viéndolo fugazmente mientras seguía abanicándose muy de cerca y caminaban hacia la salida  del templo.
- me pones nervioso cuando haces eso - susurró Tsubaru sin dejar de sonreirle como supuesto enamorado - callate y camina "anata" - contestó la pelilila y mientras pasaban a la misma altura, Arick no pudo vitar desviar de nuevo su mirada al pelinegro de mirada intensa, esta vez agudizando su mirada viendo de reojo a sus acompañantes. Algo olía mal.

Al estar fuera dijo por lo bajo tras su abanico.
- Visita a los halcones. Tenemos insectos en el templo. Yo los seguiré -
De inmediato Tsubaru se fue con la mayoría de las cosas y la sombrilla a buscar a sus hermanos lobos vigilantes. Arick se detuvo cerca del templo en un puesto de máscaras y rehiletes esperando la salida de aquellos hombres.

- Claro, ¿que tan certero es que haya Ookamis aquí ?

Les dije mientras me giraba para mirar nuevamente el templo algo dentro de mi me decía que estaba mas cerca de lo que pensaba, sabía por las pinturas de Jamal que el Templo de Enryaku-ji era una pista un indicio de que el camino estaba cerca, obviamente el jamas quiso compartir el sitio de los lobos aun conmigo, esperaba que pronto lo hiciera pero solia divagar demasiado y cuando estaba completamente cuerdo solia atender otras cosas que llamaba prioridades antes que atacar al "enemigo", lo digo así por que aunque los Ookami nos vean de esa manera por los asaltos y demás cochinadas que nos culpan el no desea atacarlos, del mismo modo su orden para conmigo fue no meterme con ellos, pero necesitaba aclarar mis dudas para con el vestigio de lo que representaba Madre para mi, lo necesitaba. Mis hombres se quedaron en silencio mirandose el uno al otro mientras que uno torcia su boca negando no saber la respuesta el otro sonreía de lado con los brazos cruzados escondiendo sus manos dentro de las mangas del hakama.

-Podemos ponernos a pegar de gritos llamando a Yura Ayami, alguien debe saber de ella.

Desvie la mirada, su comentario me pego en la boca del estomago era ridibulo llamar a alguien que no esta tal vez ya estaba muerta y jamas sabría por que mato a mi hermana, ni tantas otras cosas que no sabía de ella porque el atolondrado de mi padre se negaba a dar información, no, debía haber otra manera.

En eso estaba cuando aparecieron, por fin, dos hombres con hakama azul oscuro katana en el cinto y la greña larga, como todo tipico samurai el moño en la nuca simbolo de su valia como guerrero.

-Ustedes, Yakusa...

Uno de ellos nos señalo debo decir que imprimio mucho odio al termino "Yakusa" algo que me hizo reir, lo barri con la mirada sinicamente por lo que me toca, mis guardias de inmediato se colocaron frente a mi mientras se mordian el pulgar, en Italia eso significa una ofensa ala progenitora, los samurai nos miraron con odio y mientras sacaban la katana, la gente de alredor comenzo a alertarse.

-¿Te refieres a mi ? no porto ningún tatuaje ¿como sabes que soy yakusa ?

Había extendido mis brazos para pararme frente a él y girar para que me viera, la verdad me gustaba burlarme de ellos de esta manera. los samurai que solo se lanzaban ala batalla sin saber quien tiene la culpa o si en verdad estan atacando al responsable, así que en verdad gozaba dirigir mis burlas a ellos.

-Estas muy lejos de tu territorio Lider yakusa...

Los tres soltamos a reír divertidos, los Ookami delante aparentemente aun no sabían que Jamal estaba de regreso así que era evidente que me confundiera con lider.

-Vete Ookami traeme a alguien mas civilizado, quiero hablar, no pelear.

Le dije aun riendo mientras dejaba claro que no deseaba tratarlo, sin embargo mi comentario aparentemente lo había insultado por que blandio su arma en lo alto mientras avanzaba para atacar conun técnica bastante pulida Ren alcanzo a bloquearlo con su propia arma pero aun no la había sacado de su vaina la cual por el impacto se agrieto.

Algo golpeó el costado de la cabeza de Ran, al mirar hacia abajo ambos hombres que habían blandido sus sables se dieron cuenta de que había sido un abanico.

- fue suficiente - sonó una voz seria

Arick se acercó una vez vio entrar con precipitación aquellos guardias " quien les dio la orden de avanzar?" Sólo había dado orden de estar alerta más nunca de enfrentar. Entrecerró los ojos augurando nada bueno y fue cuando sus hombres sacaron su katana que decidió intervenir.

- quieren hablar con un Lobo? entonces siganme - caminó hasta ellos atravesando su caminar entre los Yakusa y sus hombres dedicándoles una muy fría y particular mirada que decía claramente " Regresen a sus puestos. Esperen una sanción por ésto". Luego miró por sobre su hombro al pelinegro esperando que la siguiera. sin decir nada más retomó su caminar con las pocas cosas que traía con ella, principalmente la funda dodne estaba su espada sin llamar atención, y hacia un lado del templo, aquel lado donde había más árboes de sakura y el viento jugaba con sus pétalos.

Una vez habiendo alejado a ambos bandos de ellos mismos y de la gente que cruzaba por la entrada habló de nuevo.

- Ellos tenían razón en algo. Están muy lejos de su territorio... Yakuzas - Realmente si era o no el líder, le importaba poco. El joven hombre tenía un parecido demasiado aproximado a Jamal por lo que dedujo que debían estar relacionados sanguineamente de laguna manera, tal vez hermano o muy probablemente otro hijo. "El muy bastardo"

- que buscan aquí? -

Los tres seguimos ala chica que momentos antes mi guardespaldas intento abordar, había algo en su forma de hablar que me intrigo el hecho de que los otros le obedecieran e incluso la forma en que nos hablo decía mucho de su persona, entre cerre la mirada al verla aanzar delante nuestro, era una mujer pequeña a comparación de nosotros pero si era un Lobo yo la seguiría.

Le sonreí dejando que mi expresión detonara altaneria y burla al mismo tiempo, baje l amirada mientras me hechaba las manos a los bolsilos y avanzaba un par de pasos delante de Ren y Yukari quienes estaban flanqueandome, ahora mas alerta de lo que pasara adoptaron sus perfules de guardias con la mano en el mango de la katana y la mirada alerta dejando que yo me ocupara de la chica en cuestión.

-¿Crees que estoy lejos de mi territorio ? no estas muy bien enterada.

La barri con la mirada sopesando la posibilidad de atacarla si llegaba a ser necesario, era bien sabido que desde los ultimos años los Ookami y los yakusa no salian librados de batalla cada que cruzaban sus miradas pues habia mucho rencor de cada bando. Carraspee un poco antes de volver a hablar mirandola directamente a los ojos los cuales note agresivos y dominantes algo que estoy seguro Jamal diria "hermosos" .

-Estoy buscando algo de ayuda. Pero primero quiero saber quien eres?

Había avanzado hasta ponerme delante de ella un par de pasos mas o menos desde ahí ella lucia realmente pequeña pues mi altura la sobrepasaba bastante, orgullosamente había heredado aparte de las muchas caracteristicas de mi padre su altura, mis ojos se clavaron en ella mi ojo marrón y aquel con el que solo podía ver una silueta, ambos estaban en aquella loba.

-Dime todo lo que sepas de Yura Ayami.

- Dime tu quien eres , ya que tu fuiste quien vino buscando ayuda - contestó con la misma soberbia con la que preguntó. " Tan odiosamente pretencioso como Jamal" Cada vez estaba más segura de su relación con el yakuza. A pesar de la diferencia de alturas Arick se mantenía firme clavando sus ojos en los del joven hombre. Color curioso de éstos, nunca había conocido a alguien así. Verlo de cerca le permitía apreciar mejor las facciones finas de su rostro y de su complexión. Podría decirse que era un muchacho muy apuesto.

Luego sonrió de lado divertida por lo que escuchaba agudizando la mirada - que te hace pensar que diré algo sombre Yura Ayami? acaso sus fuentes de información no son suficientes? vete, pierdes tu tiempo aquí, niño - terminó pasando de él desinteresada dándole la espalda no sin antes sujetar su katana por si el chico se mostraba impertinente a sus espaldas. Primero muerta que compartir información de su hermana,los Yakuza habrán sido su familia por un momento pero todo acabó gracias al idiota de Jamal.

Quise matarla en el minuto que me dio la espalda, incluso creo que deje escapar un bufido pero tras deliberarlo algunos segundos entrecerre la mirada esperando mientras ladeaba mi rostro para verla de espaldas que mujer tan impertinente tenía delante mio, era como si ser lobo les diera una especie de "todo lo puedo " que no podían quitar de su cerebro, algo molesto en realidad creían que tenían la razón en todo.

-Tipico, lo ven? quiero alguien civilizado para hablar y me dejo llevar por una linda cara cuando es realidad es una ignorante.

Imprimi algo de enfacis ante mi ultima palabra quería que regresara parecía que con el solo mirarme había sido suficiente como para odiarme desde el minuto dos, tal vez incluso antes, avance un par de pasos para alcanzarla mientras la tomaba por el hombro y la hacia girar hacía mi no hiba a permitir que se escabullera sin decirme nada de Madre.

-Soy hijo de Yura Ayami, se que los Ookami tienen información que nuestras fuentes no pueden accesar.

Mentira, si bien era sabido que varios de los ookami eran amigos de Jamal aun con la desaparición de la samurai, teniamos tanta información que estabamos cerca de su paradero, pero la clase de información que buscaba era algo que solo podia saber una persona.

-Conocer a Arick, Arick Kurokami? No me voy a air de aquí sin hablar de Madre con ella, solo quiero hablar de lo contrario creeme me are escuchar

Sonaba como un niño haciendo berrinche. Y como lo esperaba el muchacho era impulsivo. Al hacerla girar dejó sus cosas y acto inmediato sacó la daga que tenía escondida en el obi de su kimono y lo apoyó en el cuello del pelinegro. Lo siguiente no se lo esperó, miró fijamente sus ojos bicolor y luego habló.

-Mira quien es el ignorante ahora. Tu no eres hijo de Ayami, pero estoy segura de quién es tu padre - se sacudió el brazo para soltarse y se alejó de él. Pudo haberle rebanado la garganta en ese instante pero la forma en que habló de Ayami le intrigó - Olvídalo, Jamal ya causó suficiente daño, por él es que ella ya no está aquí - Levantó con un movimiento de su pie lo que había dejado caer, es decir su katana y no pudo evitar preguntar - quieres conocer a Kurokami? dime quién eres y porqué llamas a Ayami tu madre. Yo también sólo quiero hablar-

Mire los ojos de la mujer sin duda eran los ojos de un guerrero casi iguales de los de madre, le devolví una mirada de irrisión al ver su amenaza incluso el frío del acero me provoco risa, parecía una amenaza acompañada de miedo.

Mis hombres por su parte ejerciendo su papel de guardianes sacaron sus armas dejando que su acero rechinara al hacer contacto con su vaina ambos apuntaron al cuello de la peli-lila Ren quien comía dangos los dejo caer ante la acción de la mujer y su pelo largo marco una onda en el aire, Yukari se relamio los labios esperando la próxima reacción de la mujer.

-Eh tranquilos, ella no me ara nada.

Mire por sobre mi hombro a mis hombres y ellos solo se alejaron un paso para dejala libre, volví a mirarlos severo para que se me obedeciera y asi lo hicieron pese a su temor por verme herido, incluso note que Yukari había caminado un par de pasos mas lo suficiente como para ver si la amenaza de la mujer dejaba una huella a su paso, pero no lo hizo al quitar el cuchillo.

-Ayami-san fue mi madre lo hizo desde el momento que me crío y me acogió como su hubiera salido de su vientre, ignorante.

Le sonreí con aires de autosuficiencia. Chasquee la lengua antes de contestar.

-Soy Vito Sakuragi hijo adoptivo de Yura Ayami vine buscando a Kurokami por que se que ella era como una hermana para Madre por eso.

Vio de reojo las acciones de los guardaespaldas de Vitto. Aquellos no le preocupaban realmente, no por nada se había convertido en el lider de los Ookami. Luego sus ojos regresaron a los de Vitto.
" hijo adoptivo...." pensó siguiendo la caída de unos pétalos de sakura entre Vitto y ella.

Ayami y su eterno corazón lleno de compasión. No pudo resistirse a abrir sus brazos ante alguien en busca de afecto. Esa era una terrible virtud o una hermosa desventaja.

-Al final eres otro pequeño niño perdido...- susurró casi inaudible sin intención de ser escuchada, con la cabeza agachada aún siguiendo a los pétalos jugando con el viento al ras del suelo.

- Casi como hermanas ...- suspiró - sí, lo eramos...pero, quién te dijo eso? - volteó con algo de curiosidad por saber que tanto sabían de ella y su relación con Ayami.

Vito entre cerro los ojos tratando de adivinar que significaba aquella mirada que lo hacia sentir incomodo pues en ella se reflejaba un deje de...lastima el chico en cuanto identifico aquel sentimiento endurecio la mirada tendando los labios en una linea fina y apretada, incluso los musculos del rostro se tensaron a tal grado que se pudo notar el movimiento de las mejillas, los cabellos negros saltaron al frente cubriendo lijeramente la mirada bocolor y al instante el muchacho emitio un ligero pero audible bufido, había optinedo atravez de los genes la misma apariencia fisica que su padre incluso parte de su exentrica personalidad, podría decirse que tambía presentaba principios de su enfermedad mental y otra que le hacía ligeramente mas debil que las demás personas, sin embargo con el tiempo vivido con la perra blanca el había desarrollado gracias ala admiración una personalidad igualitaría ala de ella, Yura Ayami.

-Ya veo, así que tu eres Kurokami Arick, quiero saber más de mi madre, desgraciadamente como escorpiones aun no lagramos encotrarla quería saber si ustedes Ookami no sabrían donde podría estar ella...

Su rostro reflejaba claramente la batalla mental que tenía consigo mismo, tratando de mantenerse tranquilo e integro para poder hablar con Kurokami sin embargo aquel malestar que le hacía sentir le daban ganas de darse media vuelta y olvidarlo todo, si no fuera por que al igual que su padre estaba desesperado por encontrarla habría cruzado su acero con la el de la samurai, sin importar lo fuerte o experta que pudiera ser.

Los guardías del yakusa tenía la mano sobre la empuñadura dispuestos a intervenir de ser necesario pero estaban esperando a una distancia prudente, mientras los petalos caían en cascada por una rafaga de viento de noreste, Los tres escorpiones estaban por lanzar la estocada venenosa si no optenian lo que deseaban.

- si, yo soy Kurokami Arick - habló despacio fijando sus ojos sobre el pelinegro - Lamentablemente, ésa es información que no puedo revelar -

Si, tal vez en el clan Yakuza estaban sus hijos y el hombre a quien alguna vez amó más que a su vida, pero ese mismo hombre era capaz de muchas cosas y lo que menos quería era que Ayami sufriera más a causa suya. Por eso no revelaría nada a nadie, menos a personas que posiblemente la querían muerta. Aquí había otro dilema, parte del Clan Ookami consideraba a Yura una traidora, peor muchos otros no. Tendría que usar su influencia como líder ante el consejo para redimir su nombre. No iba a permitir que la ejecutaran.

Juntó sus manos sobre su espada, en una posición relajada, de reojo podía ver más atrás del hijo de Jamal, a sus guardaespaldas que no dejaban de mirarla, no dudaba que en cualquier momento se lanzaran encima. Eran su menor preocupación, quien la hacía sentir ansiosa, era Vitto, Había notado los leves cambios en su mirada y en su mandíbula, una contención en sus músculos. Volvió a hablar.

- pero no creo que sea esa la clase de información que buscas. Tu no sólo quieres saber dónde está ella ...- dejó sus palabras en el aire coaccionando la reacción que buscaba.

El chico sonrió ampliamente mientras bajaba la mirada y extendía los brazos para luego aplaudir, parte era un ademán burlón y otro tanto en verdadero respeto pues había visto a través de él, claro que cuando se trataba de Madre, sus defensas quedaban bajas y era algo que no podía evitar.

-Claro, no esperaba menos de Kurokami-chan, Yo quiero a Yura Ayami deseo su bien, por eso la estamos buscando tan desesperadamente, además de que hay muchas cosas que estoy seguro no le gustaran nada cuando ella vuelva.

Cerro los ojos evocando claramente el recuerdo nítido del semblante femenino, incluso la mirada hostil con la que lo miraba cientos de veces, podía darse cuenta que el odio que nacía en su interior era el mismo amor por aquel hombre que el mismo llamaba, padre, se tallo el rostro con la mano izquierda mientras se acercaba despacio, mientras lo hacía se dio cuenta de la diferencia clara de estaturas era pequeña pero sabía que tan letal podía llegar a ser, madre lo había educado bien, sabía perfectamente el tipo de lucha incluso su estilo de pelea no era ningún tonto, a pesar de que carecía de la experiencia de la mujer podía ser testigo de haber sido enseñado por dos grandes maestros en tu estilo.

-Vamos, ayúdame y te ayudare, podemos ayudarnos mutuamente.

Enarco la ceja mientras esperaba la reacción de la pequeña mujer su voz podía llegar a ser sugestiva, pero sabía que algo así no funcionaría con la famosa Arick, noto algo que llamo su atención, un par de lobos se acercaron mas no lo suficiente, se quedaron a la espera de alguna señal por parte de la mujer, siempre ocultos y siempre a lo lejos. Por su parte Vito se mantuvo firme, sabía bien que la plática no había marchado como hubiese querido ni siquiera estaba seguro de que Arick le diría lo que deseaba, sin embargo, estaba dispuesto a develar el secreto de su padre si ella no le decía nada.

- ¿Entonces?

El "-chan" no pasó desapercibido para ella, sin embargo se mantuvo concentrada en el resto de su oración. Y por sus ademanes pensó que sólo debía creer la mitad de todo lo que salía por esa delgada boca.
A pesar de su aproximación se mantuvo firme como montaña. A su nariz le llegó una fragancia peculiar, de aquellas fragancias que los hombres occidentales solían usar.

- y tu en qué crees que puedes ayudarme? - la comisura de sus labios se levantaron de un lado un poco divertida con la propuesta del pelinegro - no hay nada que puedas hacer por mi, no hay nada que me puedas dar.Pero acepto sugerencias. Y por qué no dejas los juegos a un lado y escupes eso que tienes atorado en la garganta- ahora era su voz la que parecía sugestiva.

Vito la miro con cierta intensidad mientras ampliaba esa sonrisa blanca y encantadora, parecía complacido por intercambiar palabras con ella, notar el ligero pero significativo interés que imprimía a cada palabra que se decían, la consternación que notaba en su semblante era suficiente, la observaba, cada detalle para luego en la privacidad que le daba la soledad evocarla, recordar que esa mujer delante de él había sido tan cercana a Madre le daba ligeros motivos para quererla, claro que había notado la forma en que la samurái lo miraba, era consciente de ello y era precisamente eso lo que le provocaba risa, al compararla con Maryia quien siempre que lo tenía cerca lo abrazaba y llenaba de besos que lo hacían sentir incomodo la comparación era ciertamente graciosa, eso pensó mientras movía la cabeza para apartar los cabellos de su rostro.

-Vamos Kuro-chan, piensa un poco, tu gente está hasta el cuello es cierto que son posiblemente los guerreros más fuertes y leales al Emperador, pero ¿De qué te sirve? el Emperador no ha hecho mucho por ustedes, sin embargo, nosotros hemos incrementado el tesoro real basta pedirle algo para que nos lo conceda. – Espero no era necesario decir que había sido el mismo señor que había mantenido un acuerdo con Jamal para que proveyera de armas al país.

Entre cerro la mirada dispuesta a soltar el veneno, pues era bien sabido que el Clan Ookami a pesar de sus bajas era fuerte en una pelea, pues respondían al código del guerrero, no era algo que le molestara en realidad solo que detestaba ver que se mostraran con una bandera de "santos " que no les quedaba, eran algo parecido a un perro, leal, aunque lo estuvieras torturando. Coloco sus manos en los bolsillos entretanto afilaba su mirada de negociador.

-Puedo hacer muchas cosas por ti. Puedo mantener el secreto de su guarida- Al decirle aquello su sonrisa se volvió cada vez más burlona incluso el timbre de voz que uso parecía querer echarse a reír en cualquier momento. - Mi padre no hace mucho lanzo una preciosa galería que describe paso a paso como llegar a la guarida de los Lobos. ¿No te convence? qué tal si te proveo un poco de espacio para que recuperes tu territorio. ¿Nada? qué tal si te entrego algo de libertad para que puedas moverte en territorio Yakusa, incluso alguien como tu sabe que no hay territorio en Japón que sea mejor resguardado que el nuestro. También puedo comprar tus servicios, tu gente debe estar pasándola mal, tanto que tu gente vende un poco de información para poder conseguir algo de yens, puedo también entregarle a Reiki la herencia de su padre el cual por si no lo sabías murió protegiendo a su Clan, ¿sabes quien estuvo con él para ayudarlo? No fue un lobo eso es seguro.

Cerro los ojos, podía sentir como su propio humor comenzaba a boicotearse por sí solo, sitió la cabeza hervir en un segundo y se pasó la mano por el ojo que estaba ciego, se lo tallo insistente al grado en que Ren se acercó para susurrarle que se detuviera, al escucharlo Vito sonrió nuevamente mientras suspiraba pesadamente, Kurokami Arick prometía ser una guerrera sensacional pero muy antipática.

-Solo quiero que me entregues aquello que mi madre te dejo.

Lo último lo dijo serio, la risa burlona había desaparecido incluso la mirada con desdén que momentos antes había dedicado a la pelilla, incluso su porte de bandolero había desaparecido solo quedaba un chico, uno bastante herido.