Pero más importante aún es el lugar donde estratégicamente el Clan Ookami no Yoru ha establecido su base principal desde hace cientos de años. Protegidos por los espíritus benevolentes del bosque e incontables trampas que se intensifican a medida que uno se va acercando. Es por eso que sólo los que son miembros del Clan son capaces de llegar a él, quien se atreva a tratar de llegar a la base del clan es probable que nunca llegue. Los youkai o las trampas lo impedirán. Normalmente algunos miembros bajan para reavastecerse de algunos suplementos que no pueden cosechar y el descenso si conoces el camino dura aproximadamente medio día a pie, una hora a caballo, no era fácil el camino.
Arriba, cerca de la parte más alta de la montaña que nace en el corazón del bosque, donde la montaña se vuelve rocosa y estrecha casi llegando a la serie de cuevas casi inexploradas, hay un templo casi abandonado, pequeño en comparación con otros, tallado en piedra está la figura de un Buda con un lobo dormido a sus pies. Aquel lugar se había vuelto el predilecto para la joven Kurokami para meditar y entrenar. Desde primera hora comenzaba su ascenso hacia el templo. Estaba rodeado de bambús gigantes y el viento soplaba mucho en esa parte por estar tan cerca de la cima pero a Arick le gustaba escuchar el viento en las montañas y atravesar el campo de bambú. Desde hace unos meses había tratado de perfeccionar una nueva técnica con Sora, su katana.
Permanecía unos momentos en completo silencio en la posición que le permitiría sacar su katana y efectuar el movimiento. Dejó que el viento corriera alrededor suyo mientras concentraba su ki y escuchaba todo a su alrededor. El sonido de las hojas moviéndose, el mon del templo y las campanas haciendo un ligero tintineo a la lejanía, las hojas cayendo y rompiéndose cuando llegaban muy cerca de Arick . Cuando estuvo lista, desenvainó a Sora, realizó una serie de tres movimientos cortando el viento, se podía escuchar un silbido cada vez que lo hacía. Pareciera que nada había pasado, pero la tierra frente a ella se hallaba levantada en una línea que se expandía hasta perderse, y varias líneas de bambúes se hallaban cortados totalmente a su alrededor. Tomo un momento para recuperar la respiración cuando una punzada de dolor le recorrió la espalda. Llevo su mano libre hacia su hombro. Sus cicatrices por alguna razón le habían estado molestando toda la mañana.
Cuando estuvo satisfecha de su entrenamiento gastó unos minutos levantando una oración al templo en completo silencio. Normalmente su meditación y entrenamiento duraban hasta medio día, pero a veces se tomaba más de medio día, regresando al clan ya entrada la noche. Es por eso que muchos no la veían en grandes periodos de tiempo, era difícil coincidir con ella. Pocos sabían lo que hacía allá arriba y más extraño era verla regresar aún de día o bajar a la ciudad.
En el corazón del bosque donde la maleza es más espesa, oculto entre las laderas y colinas del vasto bosque se encuentran los territorios del Clan Ookami, gran pedazo de tierra protegido por una muralla adornada con impresionantes puertas de madera tallada, algunas restauradas por los ataques de años atrás colocadas estratégicamente en los cuatro puntos cardinales, con varios puestos de vigilancia a su alrededor. En la planicie de sus tierras, varios campos de sembradío para autoabastecerse y entrenar a los jóvenes guerreros. Uno de los ríos del bosque se encontraba no muy lejos del clan y de ahí se abastecían de agua. Establos, tres jardines principales con medianos estanques y todos los elementos tradicionales de una mansión japonesa. Cocinas grandes y habitaciones para todos sus miembros, aunque no todos sus miembros habitaban en la base, muchos vivían en la ciudad o en diferentes partes del país, era la red de samurai que tenía el clan. Dojos y baños. Y por ultimo infinidad de pasadizos y túneles en caso de emergencias. Todo lo necesario para hacer crecer un ejército leal al Emperador.
Arick bajó esa tarde antes de lo planeado., en primera por la molestia de las cicatrices que no estaba segura pero sentía que se estaban abriendo de nuevo y en segunda porque necesitaba hablar con las cabecillas del clan. Hacía tiempo que la habían ascendido a Lider por su lealtad y desempeño estratégico en las batallas más sangrientas, además de ser la responsable de que la lealtad de los miembros no flaqueara al hacer nuevos métodos de entrenamiento y unión al clan. Ella junto con los cabecillas de escuadrón acordaron que aquello, el asunto del cambio de Lider debía quedar sólo entre ellos, aunque esto significara mentirles a sus propios miembros, era una medida de seguridad, hacer un señuelo de Lider y evitar los incidentes del pasado ahora que tanto Akaichou como Yakuza estaban tomando más poder, además de medidas más extremas para sacar información y exterminar a cuanto Lobo se cruzara en su camino.
Llegó por la puerta Norte, nunca llegaba por la puerta principal que era la del Este. En cuanto los vigías la vieron llegar ordenaron inmediatamente abrir las puertas, haciendo una reverencia a su llegada al ser una samurai respetada. Ella correspondió su saludo con el mismo respeto aunque con el ceño ligeramente fruncido, casi imperceptible. Cruzó uno de los jardines mientras algunos miembro hacían algunas labores. Podía oler en el aire que la comida estaba casi lista. Muchos sonidos invadían sus oídos pero ella tenía como objetivo….
-Arick- san?…. El baño está listo si gusta…- ofreció uno de los muchachos ocupados de la casa. Quien siempre le preparaba un baño al regresar.
- muchas gracias Jin-