Heavenly Damnation

9 de noviembre de 1869, 8 de la noche. Londres, Inglaterra.

El pisoteo de los caballos por las empedradas y solitarias calles de la capital británica rompe el silencio sepulcral. Las ruedas de madera crujen al pasar por encima de cada piedra gastada y torneada por el curso del tiempo. La luna junto con las lámparas de aceite situadas a cierta altura cubrían con su luz casa rincón.

(Se escucha la voz del joven Bolter quien recorre una cortina y admira con ese par de cristales azules los cuales brillan reflejando las luces.)

-Justo como lo dejé, es hermoso verdad?

(Repentinamente el estruendo del campanar del Big Ben retumba anunciando la hora exacta por la cual todos los ingleses regían sus vidas cómodamente.)

-Pero si es el "mounstro" quien gruñe nuevamente, hace tanto que no escuchaba ese sonido tan peculiar y a veces algo molesto, he he.

(Su voz era tranquila y nostálgica, le dedicó una dulce mirada a su acompañante y sus recuerdos comenzaron a pasar justo frente a sus ojos.)

-Yo estuve el día que inauguraron el Big Ben, era tan solo un niño, tenía ocho años y fuí a verlo con mi padre. Es de los pocos momentos gratos que tenemos. La primera vez que escuché el sonar de su imponente campana creí que se trataba de un mounstro que quería comerme, tenía una imaginación demasiado activa en ese entonces.

(Suspiró invadido por la emoción del momento, en sus ojos se le veía lleno de inspiración y continuó con su historia.)

-Mi padre me miró y dijo que "a pesar de lo imponentes que fueran tus oponentes nunca había que rendirse, que todo era posible si uno ponía su mente y su corazón en ello."

Ni el suave trote de los caballos, ni el pesado paseo en barco, ni siquiera el echo de que el cambio de horario le habia afectado su sueño, influian para que la mujer no prestara toda la atencion al pais que visitaba. Sus ojos maravillados veian cada insignificante detalle en las calles recorridas, que para su sorpresa eran alumbradas por elegantes faros de aceite.

Se habia maravillado desde su desembarque, viendo las estructuras de las construcciones, tan diferentes a las de su pais, que hacia que las respiracion se le contuviera.

En Japon si habia carruajes, algunos, solo los ricos se permitian tener uno, pero en Londres, habia tantos, y tan elegantes.

-Justo como lo dejé, es hermoso verdad?

-"Si, el pais del joven Eri es precio..."- se quedo callada, dando un suave brinco al escuchar las estruendentes repiqueteos de una gran campana.

Abrio los ojos y escucho atenta el sonido.

Pero si es el "mounstro" quien gruñe nuevamente, hace tanto que no escuchaba ese sonido tan peculiar y a veces algo molesto, he he.

Se giro para ver al joven Bolter, y parpadeo cual mas niña curiosa.

-"¿El mounstro?"- pregunto, pero ahora que lo escuchaba mejor, sonaba como una Yamamba furiosa apunto de atacar, entonces la loca idea de una gran gran yamamba que custodiaba Londres le cruso por la cabeza.

-Yo estuve el día que inauguraron el Big Ben, era tan solo un niño, tenía ocho años y fuí a verlo con mi padre. Es de los pocos momentos gratos que tenemos. La primera vez que escuché el sonar de su imponente campana creí que se trataba de un mounstro que quería comerme, tenía una imaginación demasiado activa en ese entonces

Enarco una ceja sin dejar de escuchar la narracion, mientras su desvocada imaginacion convirtia todo a cosas que ella conocia y otras tanas que no, solo las moldeaba.

-Mi padre me miró y dijo que "a pesar de lo imponentes que fueran tus oponentes nunca había que rendirse, que todo era posible si uno ponía su mente y su corazón en ello."

Sonrio por fin, y despues afirmo.

-"Concuerdo con el padre del joven Eri"-regreso a su sitio, observando que pasaban por los establecimientos cerrados del centro de la ciudad.

-"¿Que es eso?"- pregunto señalando un local en particular, era bastante llamativo y hasta infantil, la palabra en el vidrio del lugar se leia: CANDY SHOP. Pero para Ayami solo eran rayas sin significado. Las siguio con la mirada hasta que quedo fuera de su rango de vision, y despues se giro a Eri.

-"¿Eri-san estara muy ocupado?"- pregunto un tanto ansiosa.-"¿O podra llevarme a conocer al "gran mounstro"?"-

(Sonrió lleno de goso ante la positiva respuesta de su hermosa acompañante. Luego giró su vista a lo que señalaba tan curiosa y asintió con la respuesta en sus labios.)

-Eso? Eso querida es una "Candy Shop" ó dulcería. Probablemente te sentirías soñada en ese lugar.

(Se divertía tanto viendo el entusiasmo de aquella, estaba seguro de que estas vacaciones serían inolvidables para ambos, y no estaba equivocado. Luego otra pregunta llegó hasta sus oidos que más bien era como una petición, se acercó más a ella y le regaló un pequeño beso en la mejilla.)

-Claro! Tendré suficiente tiempo libre para ti, no te preocupes por ello, pero por ahora iremos a que conoscas mi hogar.

(Pronto las luminosas calles dejaron de rodear el carruaje y una explanada se abrió frente a ellos. Algunos metros después una mansión se mostró con luces saliendo de las ventanas, un gigantesco jardín bañado por la oscuridad por enfrente y otro atrás. AL terminar el camino un par de carros más estacionados afuera ocupaban la entrada. Por una de las ventanas superiores se veía a una jovencita tocando el violín graciosamente con sus grandes ojos cerrados muy concentrada en su melodia.)

-Tranquila, de hecho la mayoría de mi familia habla Japonés así que no temas platicar con ellos, no estas nerviosa o sí?

Sus ojos se abrieron mas, y casi casi pega su rostro contra el vidrio del carruaje al ver la mansion que se divisaba, la señalo con la boca semiabierta.


Y se giro a ver a Eri.

Tranquila, de hecho la mayoría de mi familia habla Japonés así que no temas platicar con ellos, no estas nerviosa o sí?

Se detuvieron en seco sus pensamientos y empezo a reir con suavidad. Habia estado tan preocupada de otras cosas, que habia olvidado ese pequeñito detalle.

-"Por buda... lo habia olvidado..."- mascullo mientras que regresaba a su asieto.

-"Eri-san... ¿En verdad cree que no sere una molestia para su familia?"- interrogo un poco mas preocupada, mientras los caballos se acercaban m,as presurosos a su destino.

-Te van a adorar, y si no... "al menos son lo suficientemente cortezes para no decir nada ni correrte!"

(Soltó un par de carcajadas inocentes. Probablmente no fué la mejor de las bromas, pero solo rataba de divertirse un poco con la tensión para ayudarle a relajarse. Al fin el carro se detuvo, el peli-blanco abrió la puerta y bajó en seguida para esperar frente a la puerta y estirar su mano con el fin cordial de ayudar a su amada en el descenso. Ya desde ahí se podía escuchar esa hermosa melodía de violín interpretada por la joven y talentosa señorita Bolter desde la ventana superior la cual al escuchar a los caballos de estacionados afuera se detuvo curiosa a asomarse por la ventana aunque por el ángulo no alcanzaba a ver más que el carruaje y decidió bajar al piso inferior.)

-Y aquí estamos, lista?

(Grande era su gozo por de nuevo estar en casa, porque con la compañía de Ayami pronto estaría rodeado por practicamente todas las personas que más apreciaba en el mundo. Exceptuando claro a James quien se había quedado en Japón para cuidar de la casa.

Ya listos ambos se acercaron a la puerta principal, el oji-azul acomodó por última vez su corbata, sacudió su chaleco y su abrigo, suspiró y tocó a la puerta fuertemente. Casi inmediatamente alguien abrió la puerta, era el mayordomo de la casa, pero algo extraño había en él, de alguna forma era James pero a diferencia con un pronunciado bigote que caía hacia los lados.)

-????:Amo Bolter, señorita, que bueno que al fin hayan aparecido, informaré de su llegada a sus padres.

-Si... gracias Richard.

(Después de dicho esto unos zapatasos se escucharon bajando precipitados por las escaleras. Al se trataba de una jovencita que miraba con los ojos cristalinos al peli-blanco como si fuera a romper en llanto. Tomó carrera sujetando con sus manos el gran vestido que traía para no pisarlo y al llegar hasta Eri saltó sobre de él quien riendo le atajó en sus brazos.)

-????: Hermano! Que gusto que estés aquí!

-Hola Claire! A mí también me da gusto verte!

-Claire: Ah pasado tanto! Cómo te fué? Cómo es Japón? Qué me trajiste? Quién es ella? Es tu novia?! Aaahhh!

Spoiler:

-Te van a adorar, y si no... "al menos son lo suficientemente cortezes para no decir nada ni correrte!"

Descompuso el rostro, poniendose palida, palida, al grado de sentirse un poco mareada, miro hacia Eri, e hizo un mohin cuando este comenzo a reir. Despues solo le sonrio con suavidad.

-"Esperemos y sea de su agrado..."-solto con suavidad. Volviendo su mirada al entorno que se mostraba por las ventanillas.

Y aquí estamos, lista?

Ayami solo le dedico una sonrisa y afirmo nuevamente. Mientras que miraba sus manos y las ocultaba en las mangas de su kimono, extrañamente, el clima era frio, no tanto como Kyoto en diciembre, pero si muy humedo, podia sentir el agua en el aire que respiraba.

El carruaje alfinal se detuvo, y Ayami sintio un fuerte escalofrio en toda su espalda, miro a Eri, bajo con ayuda de él, tomandose el kimono para bajar del mobil.

Se acomodo su elaborado traje y sintio el golpe frio de la region, comenzo a temblar ligeramente, mientras que seguia de cerca a Eri.

????:Amo Bolter, señorita, que bueno que al fin hayan aparecido, informaré de su llegada a sus padres.

Abrio mucho los ojos, mientras jalaba ligeramente a Eri del saco, para mostrar su descubrimiento. James habia llegado antes que ellos y se habia dejado crecer el bigote. Pero igual solo como forma de agradecimiento la bienvenida hizo una profunda reverencia, aun abrazandose asi misma por el tenue frio. Despues sus instintos samurais se percataron de que alguien se acercaba a gran velocidad, afilo la mirada, y observo a la jovencita de cabellos rubios.

Se hizo un lado, que si no, hubiera sido derribada victima de la emocion de la joven mujer.

-????: Hermano! Que gusto que estés aquí!

-Hola Claire! A mí también me da gusto verte!

-Claire: Ah pasado tanto! Cómo te fué? Cómo es Japón? Qué me trajiste? Quién es ella? Es tu novia?! Aaahhh!

Sonrio encantada al reencuentro, y rio nerviosa, tan nerviosa que acabo por inclinarse un poco, hizo una reverencia.

-"Mi nombre es Ayami"- señalo como presentacion.-"Soy amiga del joven Eri..."- indico mirando de reojo al mencionado.-"¿No es cierto, "Eri-san?"- pregunto con un toque de algo extraño en su voz.

(La dulce niña dejó de ser tan dulce y miró con una terrible seriedad a la acompañante de su hermano el detective, parecía que intentaba asesinarle con la pura mirada.)

-Claire: Es cierto eso hermano?

(El detective solo rió a grandes carcajadas pero de alguna forma se le veía nervioso cuando la niña puso esa extraña mirada, y se le ha´cia muy difícil ocultar el tenue sonrojo que sentía pronto en su rostro por la situación. Se puso en medio de las dos colocando las manos al frente para marcar un poco más de espacio.)

-Sí! sí! Calma, Ayami es quien se estará quedando con nosotros.

(La niña de inmediato regresó a su antigua mirada dulce e infantil, pero esta volvió a cambiar súbitamente mientras decía algo más, pareciera que solo se activaba al ver directamente a la chica oriental.)

-Claire: De acuerdo! Pero te estaré vigilando...

(Después un hombre de mayor edad con cabello rubio, corto peinado hacia atrás, fuerte mentón partido, ojos verdes, unas profundas gafas y un muy fino traje oscuro hizo presencia en el recibidor tras escuchar el escándalo. Tenía un semblante igual de serio que el de Claire pero esta parecía ser su expresión natural. El peli-blanco quedó paralizado ante aquello, al parecer su presensia era demasiado importante para él y volvió a una tranquilidad como la usual.)

-????: Por favor Claire, no seas descortez hostigando a nuestra invitada que ha venido desde tan lejos.

-Padre... buenas noches.

-????: Muy buenas noches Eri, usted debe de ser la señorita Yura verdad? Mi nombre es Arthur M. Bolter, sea bienvenida a mi casa, cualquier inquietud podrá consultar con Richard.

(Después de eso solo dió media vuelta y pasó a retirarse, en verdad era rígido e indiferente, era difícil de creer que se tratara del padre de Eri. Volvió Richard al lugar y salió por la puerta, para empezar a bajar el equipaje del carruaje. El peli-blanco pronto salió a ayudarle.)

Parpadeo insegura ante la fuerte precensia que tenia la menor a modo que sonreia con cierto nerviosismo, afirmando las palabras de Eri, lo interrumpio.

-"Tranquilo Eri-san, no me molesta que la señorita Claire, sea desconfiada... es bueno que se preocupe por ti..."- sonrio bastante coqueta. Pero la sonrisa se le borro a la nueva mirada amenazante de la menor.

-Claire: De acuerdo! Pero te estaré vigilando...

Un pequeño tic nervioso aparecio y se rasco la nuca.

????: Por favor Claire, no seas descortez hostigando a nuestra invitada que ha venido desde tan lejos.

La albina se tenso, ya que no habia visto al hombre hasta que este estuvo ya frente a ellos. Lo miro a los profundos ojos verrdes, tan alto como un roble, y fuerte como un ebano, que un suave escalofrio le recorrio debajo de su ropa oriental, trato de sonreir pero el hombre era un tanto similar a su padre, sobre todo en la profunda mirada de seriedad y autoridad, la presencia del hombre progenitor de Eri era extrañamente pesada y sobresaliente.

-????: Muy buenas noches Eri, usted debe de ser la señorita Yura verdad? Mi nombre es Arthur M. Bolter, sea bienvenida a mi casa, cualquier inquietud podrá consultar con Richard.

-"Domo Arigatou..."- contesto rapidamente, haciendo una reverencia bastante marcada.-"Es un placer para mi el que usted me reciba en su hogar..."- agrego aun mirandolo con bastante respeto, observando como se marchaba, miro de reojo a Eri, ahora mismo le queria hacer tantas preguntas pero cuando reacciono, el albino se habia marchado con James a bajar las cosas del carruaje, esta iba a ayudar, pero conociendo al detective seguramente le iba a decir que no, ella se iba a enojar, y terminarian peleados, por lo cual solo se quedo ahi, se giro para ver a Claire y le sonrio.

-"¿Te gustan los dulces?"- interrogo amigable, sacando de su obi el ultimo paquete de dagashis duros que le quedaban despues de la travesia.-"Son de cerezo..."- le ofrecio aun sonriendo.

(Rápido se movía el albino junto con Richard trayendo las maletas desde el carruaje, se les veía corriendo de un lado al otro, luego de regreso para repetir el proceso, trató de apresurarse ya que sabía que durante el tiempo que su querida Ayami conviviera con Claire a solas podría ser muy incómodo.

Tal vez así lo hubiera sido si la chica no hubiera sacado un "as" bajo la manga, la niña solo le miró un segundo para luego abrir grandes y encantados sus azules ojos, juntando sus manos para recibir aquel presente.)

-Claire: Si, yo amo los dulces y nunca había probado este, gracias Ayami! Ahora creo que me simpatiza mucho más.

(Tomo las golosinas siendo tan tierna e introdujo su pequeña mano en la bolsa para sacar uno de aquellos pedazos de gloria que para su deleite en verdad era esquisito. Cerró sus ojos extasiada y suspiró.)

-Claire: Son magníficos...

(La pequeña continuó saboreando aquel dulce por unos instantes más cuando en eso regresó el detective un poco sudoroso y ligeramente agitado mostrando detrás de él la pequeña pila de equipaje ya lista.)

-Ya se están conociendo?

(Después Richard pasó a un lado de él mirándoles con una expresión fría y resentida mientras cargaba increiblemente la mayor parte del equipaje sobre sus hombros que el amo tan "amablemente" le había encargado llevar al piso de arriba.)

Sonrio totalmente satisfecha al ver que realmente se habia empezado a ganar a la hermanita de Eri, mientas se sacaba la kanzashi de su cabello para despeinarselo un poco, de por si, el viaje habia sido medio pesado y llevar el cabello tan bien peinado, le hacia que le doliera la cabeza.

-Claire: Son magníficos

-"Deberias de probar los dangos... son mis dulces favoritos..."- comento mostrando el mismo interes en el tema.-"Pero los manjus son deliciosos..."- recordo el sabor y la boca se le derritio.-"quizas, Claire-san le gustaria mostrarme los dulces ingleses..."- pidio sonriendo bastante animada.

-Ya se están conociendo?

-"Claro que si... cohincidimos en un gusto..."- señalo la albina su preciada bolsa de dulces sacrificada. Se giro a Claire.-"Creo que en el equipaje traigo unos Kirotes... son muy parecidos a estos, pero no se rompen tan facilmente, los debes chupar mucho..."- le explico sonriendo.

Despues vio a James y le sonrio.

-"Lo siento tanto James, por mi culpa vuelves a trabajar mas de la cuenta..."- dijo apenada cuando paso junto a ellos.

-Claire: Señorita usted va a hacerme engordar!

(Curiosa la reproche por parte de la pequeña, ya que nadie en realidad le obligaba a comerlos, ni siquiera lo decía realmente molesta y peor aun le arrebató los nuevos dulces con un gran brillo en los ojos. El oji-azul solo rió sintiendose tranquilo de que se estuvieran llevando mejor. Por otro lado mientras psaba por ahí el serio mayordomo escuchó algo que lo hizo detenerse por un momento para dirigirle una mirada tan fría que podía helarte la sangre, después solo se marchó. En eso el detective interivno para explicar.)

-Uy... temo que solo lo empeoraste, verás... para empezar ese nisiquiera es James! Es su hermano mayor Richard, si lo sé parecieran dos copos de nieve, ahora esta el doble de molesto.

(Eri sonrió como deseandole buena suerte tratando de arreglar las cosas con Richard, sería prudente no tener de malas al que prepara la comida pero este era un caso en el que ni el peli-blanco podía intervenir ya que, otra cosa que lo diferenciaba de James es que no era tan "amable" como este, era de suponerse el caracter que debía de tener. Se llevó algunas varias maletas y comenzó a subir las mismas escaleras por las que había bajado su hermana menor.)

-Claire: Señorita usted va a hacerme engordar!

La albina entrecerro la mirada viendo como sus ultimos dulces eran deborados, esta sollosos ligeramente.

-"Pues... a engordar se ha dicho..."- susurro sonriendo.

Cuando sintio la mirada fulminante de Richard, esta se petrifico y prefirio desviar la mirada a otro punto de la elegante decoracion, hasta que mejor prefirio esconderse detras de su joven anfitrion.

-Uy... temo que solo lo empeoraste, verás... para empezar ese nisiquiera es James! Es su hermano mayor Richard, si lo sé parecieran dos copos de nieve, ahora esta el doble de molesto.

-"¿Y el joven Eri no me lo pudo haber dicho antes?"- interrogo algo molesta fulminandolo con la mirada,a tiempo que suspiraba pesadamente.-"Creo que sera mejor disculparme con James... digo Richard, si no... me quedare sin baño caliente..."- suspiro con asperesa.

Vio a Eri y despues a su hermana, ahora que lo notaba, Eri habia dicho que tenia dos hermanas.

-"Joven Eri..."- se acerco a Bolter curiosa, haciendo una rapida reverencia a Claire.-"¿Y su demas familia?"- interrogo curiosa.

(Claire respondió a la reverencia con una propia al estilo occidental sosteniendo su vestido con sus manos y flexionando ambas rodillas mientras colocaba un pie detrás de otro y agachando solo ligeramente la cabeza, después solo observó cuando iba a su encuentro con su hermano mayor. Ella lo sabía, conocía la mirada en los ojos de su hermano cuando miraba a aquella chica japonesa y el brillo que emanaban los de ella cuando el peli-blanco estaba cercas, sonrió y después se dirigió a una parte diferente de la casa.

Cuando el joven Bolter se dirigía a las habitaciones fué interceptado nuevamente por su amada quien le hacia una interrogante que lo dejó confundido.)

-Es cierto... ahora que lo mencionas no eh visto a Sophia ni a mi madre...

(Fué en eso que de nuevo pasó en dirección contraria el ya antes ofendido y resentido mayordomo quien se dirigía al primer piso por las últimas pertenencias que faltaban por llevar a las habitaciones, el oji-azul le detuvo.)

-Disculpa Richard.

-Richard: Dígame amo Bolter...

-Serías tan amable de decirme dónde estan madre o Sophia?

-Richard: Le informo que su madre se encuentra en la alcoba de los amos y su hermana actualmente está visitando a sus primos de Newcastle y no volverá hasta dentro de una semana.

-Muchas gracias Richard.

(El mayor habiendo terminado una simple tarea dirigió de nuevo esa mirada fría a la acompañante del joven amo para después dirigirse a continuar subiendo el equipaje.)

La albina habia preferido pegarse a la pared y hacerse como que no existia para no causar mas corage al mayordomo, mientras que escuchaba con interes el esquisito acento del otro hombre.

Ahora que lo pensaban, todos hablaban japones, cuando hubo ido el mas grande, la albina se acerco hasta Eri.

-"¿Por que hablan en japones?"- pregunto curiosa, mientras que una idea bastante loca le saltaba a la mente.-"¿Eres de decendencia japonesa?"- le interrogaba nuevamente, y pronto imagino a la madre de Eri con kimono y el cabello blancuzco y los ojos azules. Algo no concordaba, ya que estaba imaginando a Eri por si solo en kimono.

No tenia mucha imaginacion para esas alturas. Bosteso y se cubrio la boca rapido, sonrojandose por el mal modal.

-"Gomen na sei.."- susurro aun con las manos en la boca.

(La señorita tenía la razón de pensar todo aquello, el detective le miró fascinado por la pronta y en teoría muy acertada conclusión, luego con su expresión calmada y cálida le respondió.)

-Muy buena forma de verlo! Pero lo siento te equivocas. Lo que ocurre es que mi familia cuenta con algunos amigos japoneses, grandes inversionistas y empresarios en su mayoría; de hecho cómo crees que la familia Bolter ah llegado a tal nivel económico?

(Claro era de suponerse, la mansión, las carretas, la servidumbre, los viajes, la educación, el clavicordio como demás lujos.)

-Claro, la familia Bolter es una familia de exelencia militar y policiaca bajo el mando de la realeza, un pasado brillante, etc etc, pero también nos interesa el comercio con lugares distantes.

(Lo que explicaría la facilidad con la que ayudaba a los comercios locales de vuelta en Japón y contactos tales como líneas de transportes marítimos.)

-Dejándolo claro, la razón de que desde que llegaste nos veas hablar japonés es simple y sencillamente por educación. Podría considerarse algo parecido a "secretear" frente a ti si hablaramos una luega ajena a la tuya.

(Después de compartir aquellos detalles sobre la calse de familia que era la suya notó un tanto cansada a su querida acompañante mientras parecía que se cerrarían sus hermosos ojos en cualquier instante.)

-No te preocupes... debes de estar cansada, puedo mostrarte cual es tu habitación para que puedas descansar o si tienes hambre le puedo decir a Richard que nos prepare algo.

A la explicacion, tantas cosas se veian resueltas en sus locas deducciones, a lo que la genial y brillante hipotesis de que Eri podria ser de su gente se esfumo por completo, bufo. Y se cruzo de brazos. Aun escuchando bastante interesada porlo que el albino contaba. Al grado que sus labios se separaron.

-"Entonces tu familia, es algo parecido a lo que Japon consideramos "familia feudal"..."- argumento a los comentarios.

-No te preocupes... debes de estar cansada, puedo mostrarte cual es tu habitación para que puedas descansar o si tienes hambre le puedo decir a Richard que nos prepare algo.

Sonrio debilmente y afirmo.

-"Me parece bien lo de la habitacion..."- solicito mientras que veia un impresionante cuadro cerca de donde ellos estaban, lo miro con bastante detenimiento. Tenia que pedirle a Eri ir a una galeria inglesa, ya que el arte platica era muy diferente al que veia ahora.

Despues observo a Eri y echo a reir.

-"Creo si le digo que me prepare la comida me servira algo que no querre volver a comer comida extranjera..."- volvio a reir, y sonrio dulcemente a Eri.-"En verdad muchas gracias por la invitacion, Eri, prometo ser buena huesped..."- siguio con la sonrisa mientras que la curiosidad le era llamada por el tapizado de las paredes. (recordemos que en Japon ninguna pared es tapizada)

(El oji-auzl rió junto con ella viendole de nuevo con esos ojos iluminados explotando de amor por dentro hacia la chica que tenía enfrente. Ahora estaban en su casa y comportarse era lo primordial, pese a lo que fuera que pudiera sentir dentro de su corazón. Alzó sus hombros para lucir más serio.)

-Con gusto le llevaré a su lugar de descanso señorita.

(Captó aquel gesto de atención en los ojos de la chica sobre la pintura que adornaba una de las paredes, hizo una ligera mueca y tomó nota mental de aquello, ya sabía a dónde la llevaría en sus recorridos por la ciudad. Continuaron avanzando por las amplias escaleras deslizando unam ano sobre el barandal hasta llegar al segundo piso por donde se veían algunas puertas simétricamente unas enfrete de otras y otra puerta hasta el fondo.)

-Richard? No sería capaz... podrá ser un poco... amargado, pero es todo un profesional y descuida... yo sé que lo serás.

(Agregó una agradable sonrisa acompañando a esos ojos pasionales que se fijaban en la chica. Luego con su mano derecha le dirigió hasta la puerta del fondo.)

-Tu habitación es la última. Es la de invitados "especiales", las que estan más cercas pertenecen a la las sirvientas y en esta de la derecha esta Richard. Cualquier cosa que necesites puedes acudir con ellos a cualquier hora... bueno menos con Richard... ya sabes lo que dicen esos dos...

-Tu habitación es la última. Es la de invitados "especiales", las que estan más cercas pertenecen a la las sirvientas y en esta de la derecha esta Richard. Cualquier cosa que necesites puedes acudir con ellos a cualquier hora... bueno menos con Richard... ya sabes lo que dicen esos dos...

Se azomo a la puerta de la habitacion y rio entre dientes mientras que bajaba la mirada y afirmaba a todo, se mordio los labios y volvio a reir.

-"Vale... creo que supongo que te vere mañana temprano..."- le indico, mientras que se giraba a verlo de frente.

-"Tengo que decirte algo importante..."-murmuro mientras le indicaba que se acercara un poco, asomandose por atras del hombre, espiando que nadie estuviera cerca.

(Los ojos del peli-blanco casi saltan de curiosidad por lo que le podría decir su amada y le observó curioso mientras se asomaba por un lado de él esperando no encontrar oyentes inoportunos. Justo cuando hacía esto de una de las en un rincón del pasillo por detrás del detective se encontraba Claire recargada en el punto ciego de la pared dónde ni su hermano ni la invitada podrían alcanzar a verle, cerró los ojos apretándolos un poco esperando que no se hubieran dado cuenta de su presencia.)

*Claire: Ah! Casi me ve... soy una tonta*

(El detective giró para ver si en verdad nadie les seguía y mientras se acercaba a la señorita dió ligeros golpes a las puertas de las habitaciones, a lo que nadie respondió. Terminó de acercarse a la señorita, giró su rostro hacia la derecha dejándole cercas el oido para escuchar atentamente lo que le querrían decir. Le murmuró suavemente.)

-Creo que no hay nadie... dime, qué pasa?

*Claire: No! Casi no escucho...*

(Lucía algo decepcionada por lo anterior, pero ahora sospechaba de lo que fuera que estuviera planeando la invitada con su querido hermano.)

-Creo que no hay nadie... dime, qué pasa?

Sonrio de lo mas divertida al encontrar a su complice anfitrion seguirle el juego. Esta dio una mirada mas, antes de tomar entre sus manos el rostro del albino y dedicarle un suave y delicado besos en los labios. Aun de puntitas y sin separarse del hombre le murmuro sobre las fauces:

-"Buenas noches... joven Eri..."- seguido le dio otro beso un poco mas rapido, antes de soltarlo y caminar hacia la habitacion señalada, se giro y le dedico una mirada.

-"Me debes una kanzashi"- le advirtio divertida, antes de detenerse en la puerta y girando la perilla para entrar.

(Solo se dejó llevar por las delicadas manos de su amada mientras rodeaba su cintura con sus brazos para acercarla más correspondiendo el beso, su corazón latió muy fuerte, estaba simplemente extasiado por la emoción del momento. Por su parte Claire no pudo evitar asomarse muy ligeramente escuchando ruidos extraños cachando a ese par en plena acción, se volvió de nuevo hacia la pared tapando su boca con una mano por la sorpresa y después se dió a la graciosa huida muy sigilosamente antes de que su hermano volviera por donde vino.)

-Muy buenas noches... querida

(Le respondió en voz baja y suave mientras le sonreía con los ojos de un enamorado. Pero después le hicieron un comentario un tanto inesperado que por un momento lo dejó realmente sorprendido, pero de inmediato cambió a una apariencia más misteriosa sin responderle nada y dando media vuelta para tomar su camino de regreso.)

-...

La albina solo entro a la habitacion y vio en una esquina su equipaje y en otra el gran ropero de madera abierto, supuso que ahi debia guardar sus prendas, mas sin embargo, a comparacion de las prendas extranjeras, su ropa iba doblada y guardada en pequeñas cajas, por lo que fue bastante facil acomodar sus mudas de ropa, y hasta sus accesorios. Que consistian, en kanzashis, tabis y zoris, uno que otro bolso pequeño y un par de abanicos, ¿que era una nipona sin abanicos? Nada.

Seguido abrio uno de los bauls mas largos, y cuidadosamente, vio la puerta por donde habia entrado, y siguio con su tarea de abrir el baul, solo ella teina la llave, ella y Eri por razones de seguridad, al abrirlo se dejo ver el trio de armas de Yura, acomodadas sobre unas almohadines color negros, cada arma en su funda correspondientes y abajo de cada katana, una cajita de madera alargada. La mujer tomo una de estas cajitas y las abrio, eran kanzashis de batalla, saco una y la reviso el filo preciso y el brillo tildante. Suspiro pesadamente sacando cinco.

No desconfiaba en lo mas minimo del lugar donde dormia, pero se sentia mas segura con las armas cerca. Saco una muda de ropa para dormir, y aquellas cinco kanzashis, las coloco debajo de su almohada. Las demas armas las dejo debajo de la alta cama dentro del cofre con llave.

Seguido se estiro un poco como gato peresoso y se dedico a cambiarse de ropa.

(Mientras hacía su recorrido de bajada por lo escalones después de dejar a su amada el peli-blanco avanzaba probablemente sin conocimiento de su expresión de tonto enamorado.

Siguió moviendose por la enorme casa, al pasar a sus lados se podían apresiar pinturas de paisajes locales pero de hacia algunas generaciones atrás, como recordatorio de los tiempos en los que la familia Bolter se forjó, al repretorio se le unían retratos de hombres de tiempos pasados que compartían algunos rasgos con Eri. Pero uno en especial llamó la atención del joven detective y le observó detenidamente con familiaridad, se trataba de un hombre de mayor edad y vestimenta de ya alguna descádas antes pero idéntico a él.)

*Y tú qué harías en una situación cómo esta... abuelo?*

(Sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos por una voz femenina, muy pacífica y cargada de cariño. Los ojos azules del joven se abrieron a la sorpresa y rápidamente giró su rostro para ver a esa persona.)

-????: Así que aquí estabas

-Madre!

(Se trataba de la señora de la familia, Jane, una mujer de cabello rubio oxigenado y ojos azules exactamente iguales a los del joven Bolter, este se acercó a ella con una sonrisa y ella colocó su mano en la mejilla de su hijo.)

-Jane: Tanto tiempo sin verte Eri, me alegro de ver que estes bien.

-Igualmente madre.

(El peli-blanco sintiendo un impulso rápidamente tapó su boca y cerró sus ojos tratando de detener un bostezo, la verdad es que un viaje como aquel era agotador. La amorosa madre sonrió.)

-Jane: Me gustaría que me contaras todo sobre tu viaje pero veo que estas muy cansado así que lo tendremos que dejar para otro día.

-Sí... creo que será lo mejor he he.

-Jane: Buenas noches

-Buenas noches a ti, madre.

(Después de regalarse una última mirada de afecto ambos tomaron diferentes caminos para dirigirse a sus respectivas habitaciones y el silencio reinó en la mansión de los Bolter.

Lo que restó de la noche fué tranquila en la ciudad dónde habitaba "El mounstro".)

Las doce empunto de la noche y escucho un rugido igual al de un onni, a lo que salto de su cama sacando las kanzashi de por debajo de esta, miro para todos lados y se encontro en la obscuridad de la habitacion extranjera, camino hasta una de las ventanas, encontrando a lo lejos el causante del alboroto, miro con cierto odio al gigantezco reloj, siendo para ella imcomprensible lo que señalaba con sus grandes agujas.

Se recargo del vidrio mirando por el a toda la ciudad, tan distinta de su hogar que sonrio divertida. Mirando el techo de las casas y a lo lejos la extendion de mar que era cruzada por un puente bastante gigante.

-"Los britanicos prefieren todo a lo grande..."- sonrio aun mas emocionada.

Para concluir, no durmio en toda la noche, no tubo sueño en lo mas minimo, y era por el cambio de horario, por lo que a las ocho de la mañana, ya estaba lista para dormir.

Se reacosto en la cama y se echo cobija tras cobija hasta que pudo consiliar el sueño, pero una hora mas tarde alguien toco a la puerta.

-"Señorita..."- un mal acento ingles la llamaba, la albina entreabrio los ojos y los volvio a cerrar sin interes de ponerse de pie.

(Por otra parte en la habitación del peli-blanco la tranquilidad la quietud de la oscura habitación era casi celestial. Su sueño era tan profundo que incluso llegó a salivar un poco, pareciera que era justo lo que encesitaba para regresar al viejo horario del lugar donde nació al que ya estaba acostumbrado. Con una mano abrazaba la almohada que sostenía en su cabeza y se le escuchaba balbuzear algo.)

-Por Dios! señorita Ayami... no... no se detenga por favor... claro que gusto un poco más de crema pastelera...

(Algo perturbador el solo querer imaginar lo que invadía sus sueños. Aunque para variar era la primera noche desde hace tiempo en la que no tenía esa extraña pesadilla que le contó a su amada en el barco. Pero tanta comodidad fué rápidamente rota por varios golpes en la puerta seguida de la pronta entrada del mayordomo Richard quien se dirigió directamente hacia la ventana para abrirla y dejar entrar la poca luz que ya se podía apreciar del exterior. El oji-azul trató de taparse más con las almohadas pero ya era demasiado tarde y había abandonado el mundo de los sueños.)

-Richard: No tiene que agradecerme por despertarlo amo Bolter, el desayuno estará servido en una hora para que se vaya preparando.

(El peli-blanco sintiendose algo fastidiado frunció el ceño y murmuró para sí mismo.)

-Ahora recuerdo porque me agrada más James...

(El mayordomo antes de salir por la puerta se detuvo un momento sin girar a verle.)

-Richard: Acaso dijo algo... amo Bolter?!

-Que estaré ahí... gracias... Richard...

(Se levantó de su lugar de reposo y se rascó la cabeza para despues estirar sus brazos pesadamente, como si quisiera exorcisar la holgazanería de su cuerpo y se dirijió al baño particular para asearse y prepararse para el nuevo día.

En otra parte de la casa, en una habitación rosada sentada sobre su cama que parecía estar adornada para alguna princesa de cuentos medievales en tonalidades también rosas se hayaba a la hija menor de la familia Bolter, Claire quien cepillaba su cabello de arriba hacia abajo viendose con una mirada perdida en el gran espejo a un costado de la cama. En su mente volvían a aparecerse imagenes de la noche anterior cuando inesperadamente vió a su hermano besar de forma tan pacional a la invitada extranjera, no estaba segura de qué pensar de esos dos.

Más tarde en el comedor el amo y la señora de la casa esperaban tranquilamente a que los demás bajaran a tomar el desayuno junto con ellos, si algo usualmente caracterizaba a aquella familia eran los modales, seguido probablemente del honor y la lealtad.)